
Costó trabajo, mucho esfuerzo y sacrificio, pero por fin el Shakhtar obtuvo su recompensa, su premio en forma de título, la UEFA Cup´09, próximamente denominada Europa League. El Shakhtar comenzó casi hace una década un proyecto importante el cual se basaba en contratar jugadores relativamente contrastados procedentes del Este de Europa y de la Premier League ucraniana, pero poco a poco echó sus redes al mercado brasileño, y cada cada vez más se acerca al centroeuropeo. Siempre a la sombra del Dinamo Kiev en Ucrania, pero aprovechando sus errores, en los últimos años se puede decir que ha sobrepasado a los de la capital ucraniana. Tras ocho participaciones en la Champions League, esta temporada se esperaba mucho de los hombres de Mircea Lucescu, persona visible del proyecto, en el cual lleva cuatro temporadas, conquistando un total de tres ligas, una copa y dos supercopas, pero una vez más no pasó de la fase de grupos de la Champions League, y eso que en frente tuvo al Sporting de Lisboa, el equipo más humillado de los Octavos de la máxima competición. Quizás mereció más, pero quedó tercero, logrando superar solamente al débil Basilea.
En frente tenían una nueva meta, la UEFA Cup, una competición muy igualada y difícil de conquistar. Equipos de gran nivel se pasearon por el segundo plano internacional: PSG, Stuttgart, Deportivo, Valencia, AC Milan, Olympique de Marsella, Hamburgo, Udinese, Dinamo Kiev… pero solo dos llegaron a Estambul: Werder Bremen y Shakhtar Donetsk.
Al comienzo del partido, ya los de Donetsk partían como una relativa ventaja con las bajas de jugadores tan importante para los de Bremen como Diego y Almeida. El Werder, favorito para el gran público, intentó suplir la baja de su estrella Diego (ya contratada por la Juventus para la próxima temporada) con la presencia del joven Ozil, un jugador habitual en el once teutón, pero que hoy no tenía a su pareja de baile al lado, y se le notó solo, sin la chispa suficiente para superar a la defensa ucraniana y sin el peso suficiente como para dirigir al equipo.

El Shakhtar intentó desde el principio mostrar su juego atrevido y vertical, con unas bandas de gran nivel con Rat y William en la izquierda, y Srna e Ilsinho en la derecha. Y un centro del campo que contaba con la novedad de Lewandowski y con un Fernandinho más centrado en las tareas defensivas que de costumbre. El primer gol fue obra de Luiz Adriano, que anteriormente había fallado una clara ocasión, al aprovechar un gran pase al hueco y picar la pelota ante la salida de Wiese, en una excelente definición impropia del delantero.
Minutos más tarde, el Werder reaccionó gracias a un potente lanzamiento de Naldo, un especialista en los golpes francos, que no pudo atajar el joven guardameta Pyatov, al intentar atrapar el balón con las manos.
A partir de ahí, el partido se niveló con acometidas de ambos equipos, con Pizarro y Lewandowski como protagonistas. Delantero y defensa estuvieron a punto de lograr marcar el segundo, pero sus tiros fueron repelidos con gran acierto por Pyatov y Wiese, respectivamente.
Ya en la segunda parte, el Werder tuvo momentos de gran superioridad pero Pizarro no estaba fino, y la ausencia de Diego cada vez se notaba más. El Shakhtar gestionó bien sus esfuerzos, y con Srna como cerebro volvió a coger las riendas del encuentro, hasta llegar al final de los 90 minutos.
En la prórroga, los “naranjas” comenzaron fuerte y en la enésima subida por la banda de Srna (en mi opinión un jugador para equipos de mayor nivel, incluso para el Real Madrid), el croata realizó un magnifico centro intencionado, para que Jadson, apareciendo desde la segunda línea, mandará el balón al fondo de las mallas gracias a un buen disparo cruzado.
Los de Schaff, resoplaban y bajaban la cabeza, y no era para menos, hoy no le salían las cosas: esas segundas jugadas, las apariciones de Pizarro, los remates inverosímiles, las subidas de los centrales, las asistencias de Diego…
Los germanos lo intentaron con más corazón que cabeza, y ante la impotencia en el juego se dedicaron a contrariar la actuación del árbitro de la contienda, el español Medina Cantalejo, que dirigió con criterio una final de categoría.
De esta manera, el Shakhtar logró merecidamente un campeonato por el que ha luchado con sentido y buen juego, y que ha hecho que el público cuente con él para próximas citas. El fútbol del este, el soviético, y concretamente el ucraniano está creciendo a pasos agigantados. Todos nos acordamos de CSKA Moscú o Zenith, pero hoy le tocó al Shakhtar, y el día de mañana serán otros, como por ejemplo el humilde Metalist Kharkiv, que ha sido la revelación de esta temporada en Europa. Muchos ya hablan del “Samba” Donetsk debido al gran número de brasileños en la plantilla, lo que genera un plus de vistosidad al juego de los de Lucescu, un entrenador que ya conquistó la Supercopa de Europa con el Galatasaray frente al Real Madrid, ¿lo hará ahora con el Shakhtar frente al Barcelona?