
Vicente Marco se convirtió en una voz familiar, como la de su compañero de estudio, Joaquín Prat, otro líder de las ondas radiofónicas. Nacido en Valencia y estudiante de Derecho, desde que entró en la SER alegró las tardes dominicales a los aficionados al fútbol. Su jubilación llegó después del Mundial de España de 1982 y en el año 1999 ganó un Premio Ondas por su trayectoria profesional. Se fue una voz histórica, respetada, adorada y querida por todos, un referente para todos los presentes y futuros periodistas y comunicadores audiovisuales. Descanse en paz.
Aquí os dejo con unos fragmentos que el locutor Pepe Domingo Castaño escribió en honor a Don Vicente, y que han sido publicados en el diario El País:
Hace ya no sé cuántos goles empezaba Carrusel a vaciar de siesta los domingos. Una voz limpia, seria, cariñosa, vibrante, cálida y hermosa -la de Vicente Marco, que ayer se apagó a los 92 años- convertía el fútbol en radio y la radio en fútbol, situando el sonido del deporte a la misma altura de las lágrimas de Ama Rosa, la fantasía de las cabalgatas fin de semana, la histeria controlada del Gran musical, las peripecias de Diego Valor, la elegancia verbal de los teatros del aire, las historias vivas de Matilde, Perico y Periquín, y las veleidades de una melodía misteriosa o un retazo caliente de discomanía.
Allí estaba aquel Vicente pacífico y genial escenificando cada domingo el milagro de los campos y los goles. (...)
Se nos va Vicente Marco sin avisar, sin molestar, como se va para siempre la gente buena, la buena gente. Es como si, de pronto, este agosto de calores y crisis se nos hubiera quedado sin alma...